
AGENCIAS | WASHINGTON / JERUSALÉN No hay medias tintas con Israel. Estados Unidos volvió ayer a exigir, en medio de la peor crisis entre ambos países, un gesto por la paz al Gobierno de Netanyahu. Fue después de que la Administración de Barack Obama decidiera suspender el viaje que el mediador para Oriente Próximo, George Mitchell, tenía previsto iniciar la noche del lunes rumbo a Jerusalén con el objetivo de intentar forzar la reanudación de las negociaciones entre israelíes y palestinos.
El primer ministro israelí contestó que ya ha demostrado "con palabras y hechos" su compromiso con la paz. Horas antes, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, había asegurado que Israel "debe demostrar su compromiso" con el proceso de paz en Oriente Medio. No obstante, Clinton negó que la relación bilateral atraviese una crisis a raíz del anuncio de construcción de 1.600 viviendas en una colonia judía en Jerusalén Este.
Netanyahu citó como ejemplo de su voluntad de alcanzar la paz su aceptación públicamente por primera vez de la creación de un Estado palestino para resolver el conflicto. También aludió al levantamiento de parte de las barreras al movimiento colocadas por el Ejército israelí en Cisjordania.
En cambio, Netanyahu acusó a los palestinos de "orquestar una campaña de deslegitimación de Israel en los organismos internacionales" y les culpó de la parálisis del proceso de paz, estancado desde hace más de un año.
Mientras persistía la tensión diplomática, más de medio centenar de personas resultaron heridas en enfrentamientos entre manifestantes palestinos y policías israelíes en Jerusalén, después de que el movimiento islamista Hamas declarara la jornada como el Día de la Ira.
Los principales choques se registraron en la vieja ciudadela, Joz, en el campo de refugiados de Shuafat y en las aldeas vecinas de Isawíe y Abu Dis, antes de extenderse al paso de Kalandia, en la frontera con Cisjordania.
Según fuentes palestinas e israelíes, medio centenar de manifestantes y tres agentes fueron heridos en los enfrentamientos, que se desataron después de que grupos de manifestantes palestinos, algunos enmascarados, lanzaran piedras a la policía israelí.
Los choques se reprodujeron a lo largo de la mañana de manera intermitente también en otros puntos de la parte palestina de la ciudad, donde la policía empleó porras, balas recauchutadas y granadas de estruendo para disolver a los grupos de manifestantes. Helicópteros militares israelíes sobrevolaron de continuo la ciudad, que había amanecido tomada por la policía para impedir el acceso de manifestantes desde los alrededores.
Más de 200 personas participaron en una protesta pacífica frente a la Puerta de Damasco, en las murallas de la vieja ciudadela, encabezada por el ex candidato presidencial palestino Mustafa Barguti y el diputado árabe-israelí Taleb A-Sana. "Hemos venido aquí a decir que no cederemos, que esta es la capital del futuro Estado palestino", dijo Barguti, que instó a los manifestantes a no emplear la violencia.
La protesta fue disuelta por la policía tras el lanzamiento de una piedra a los agentes que vigilaban el acto, constató Efe.
Hamás había declarado desde Gaza el Día de la Ira para protestar por la inauguración de una histórica sinagoga situada en el barrio judío de la vieja ciudadela de la ciudad santa. Según el movimiento islamista, los trabajos de rehabilitación del templo judío habían dañado la cercana mezquita de Al Aqsa, tercer lugar sagrado del Islam tras las ciudades de la Meca y Medina.
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