La luz no siempre alumbra certidumbre,
así la claridad cuando te falta.
Su resplandor a veces siembra dudas
y conmueve los cimientos más profundos.
¿No has sentido alguna vez
el galopar de unos caballos en el pecho?
¿Qué extraño poderío levantó su aparición?
Dame, padre, tu bendición
en el momento del adiós.
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