lunes, 31 de mayo de 2010

Por su parte, el Vaticano expresó “gran preocupación” y “dolor” por el ataque. “Se trata de un hecho muy doloroso, en particular por la inútil pérdida de vidas humanas. La situación es seguida en el Vaticano con gran atención y preocupación”, afirmó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi.

Turquía, en tanto, llamó a consultas a su embajador en Israel, al mismo tiempo que exigió la convocatoria de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Además, el viceprimer ministro turco, Bülent Arinç, dijo que su país suspendía las maniobras militares conjuntas con el Estado hebreo.

En tanto, los representantes permanentes en Bruselas de los 27 socios de la Unión Europea (UE) se reunieron hoy en sesión extraordinaria en para analizar la situación. “La UE condena todo uso de violencia y lamenta el uso desproporcionado de la fuerza” por parte de Israel, aseguró un portavoz de la Comisión Europea.

El ejército israelí reconoció la muerte de 10 activistas, aunque otras fuentes elevaron la cifra de víctimas a 14 y otros medios locales contabilizan entre 16 y 20, mientras los heridos se sitúan entre 30 y 60.

El asalto a la caravana fue llevado a cabo esta madrugada por una de las unidades de elite del Ejército a unas veinte millas de la ciudad de Gaza. Los testimonios que llegaban desde los barcos hablan de que los soldados israelíes descendieron sobre las cubiertas desde helicópteros abriendo fuego, mientras las imágenes de televisión mostraban imágenes escalofriantes de los hechos.

La portavoz de las fuerzas castrenses israelíes, la comandante Avital Leibowitz, aseguró que los tripulantes abrieron fuego, trataron de apuñalar y lanzaron piedras a los soldados, aunque no precisó si había armas en la embarcación.

Mark Regev, un portavoz del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Israel no quiso una confrontación violenta. “Hicimos ofertas repetidas de que deberían llevar las naves al puerto de Ashdod y que desde allí les garantizábamos que toda la carga humanitaria sería transferida a la gente de Gaza”, declaró el funcionario.

En ese sentido, el número dos de la cancillería israelí, Daniel Ayalón, responsabilizó del resultado del asalto israelí a la flota a los miembros de la expedición. “Por supuesto lamentamos las víctimas, pero la responsabilidad de las víctimas es de ellos, de aquellos que atacaron a los soldados israelíes”, señaló.

Pese a los graves incidentes, Israel expresó su determinación a mantener el bloqueo a la Franja de Gaza, un territorio en el que conviven 1,5 millones de habitantes y que está controlado por Hamas. En ese sentido, los aliados occidentales de Israel se mostraron críticos del embargo al empobrecido enclave, que según ha dicho el Estado hebreo busca evitar que el grupo extremista reciba armas por vía marítima.

“Los barcos fueron dirigidos al puerto de Ashdod (al norte de Gaza), en donde las fuerzas navales efectúan chequeos de seguridad para identificar a la gente a bordo y su equipamiento”, desatacó el ejército en un comunicado.

El incidente ha creado una tormenta diplomática, especialmente con su antiguo aliado Turquía, cuya bandera ondeaba en varios de los seis buques que transportaban la carga humanitaria. Por ello, el gobierno de Ankara dijo que “protestaba duramente” por la acción militar, calificándola como inaceptable. “Israel tendrá que lidiar con las consecuencias de esta conducta”, indicó un comunicado de la cancillería de ese país.

Por su parte, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, decretó tres días de luto en los territorios palestinos por la “masacre”, pero no anunció su intención de interrumpir las negociaciones indirectas que mantiene con Israel. En tanto, el jefe de gobierno en Gaza del movimiento islamista Hamás, Ismail Haniye, convocó de urgencia a sus ministros y calificó el ataque de “brutal”.

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